Ya que leyeron un poco sobre mí y sobre quién soy (si no lo han leído click AQUI), quisiera contarles un poco de porque estoy en esta línea de soñar en grande y cuál es mi manera de pensar.
Yo no nací en una cuna de oro, ni teniendo todo lo material de la vida. Nací en una familia que me daba mucho amor, lo cual ayudo mucho, pero me toco ver cómo es que mi familia sufría de vez en cuando, y se preocupaba de cómo le íbamos a hacer para pagar los recibos ese mes.
Gracias al sacrificio de mis padres he llegado a donde estoy ahora, y eso me dio un impulso muy grande. Pero no quiero que esto termine ahí. En mis planes esta tener una familia e hijos, pero no quiero que mi familia e hijos sufran de lo mismo que me ha tocado sufrir a mí. Al momento de graduarme de universidad es un momento donde comienzo desde cero nuevamente. Comienzo a trabajar y a ganarme el pan de cada día, y no vivo mal, pero al ver al futuro sé que no es lo que quiero. Es por eso que me metí al mundo de los negocios, y es por eso que comencé una compañía de algo que me gusta hacer y lo disfruto. Yo no quiero riqueza para presumir que me puedo comprar un auto deportivo, una casa lujosa, o un jet privado. Yo quiero riqueza para presumir que con mi trabajo, logre heredar algo más allá de lo material. Logre heredar libertad financiera, no solo a mis hijos, sino también a los hijos de ellos y si el legado sigue será una libertad de al menos 200 años.
Lo que sueño en esta vida no es llegar a ser el hombre más rico del mundo, sueño con ser la persona más libre que exista en el planeta. Si nos ponemos a pensar la libertad es lo único que tenemos, pero de lo que más estamos privados. Al trabajar para alguien, si es cierto que solo trabajamos 8 horas en el día y solo 5 días en la semana, en lugar de 16 horas los 7 días cuando uno esta emprendiendo. Pero lo que muchos no ven es que al trabajar 8 horas en el día solamente te estás privando de una libertad al futuro.
Tengo 24 años, ¿qué más tengo para hacer que buscar mi libertad? Podría irme de fiesta todos los fines de semana, llegar a mi casa a ver Netflix todas las noches, o irme de vacaciones una vez al año. ¿De qué sirve todo esto, si lo que produzca no va a ayudar a alguien más?
Muchos dicen que soy egoísta al querer llegar a tener dinero en mis bolsillos. Más de lo que me pueda gastar en una sola vida. Pero creo yo que es al revés. Uno es egoísta cuando tiene el plan de disfrutar todo lo que se pueda por uno mismo, y tal vez con su pareja. Pero solo mientras viva. Y sí, el punto es llegar a tener más dinero del que me pueda gastar en una vida, pero porque quiero que mis hijos puedan gastarse ese mismo dinero en otra vida e invertirlo. Y no solo mis hijos, quiero que parte del dinero que se haga fruto de mi trabajo termine en programas de educación experienciales para personas de bajos recursos. Educación que los prepare para el futuro, y no solamente para ser empleados. Pienso en compartir con el mundo las riquezas que el trabajo traiga consigo. Me gustó mucho una palabra de uno de mis empresarios favoritos Carlos Muñoz, que es “Darma”. Entre más le doy al mundo y a los otros más se me regresa. Esa filosofía es la que yo tengo. Que si llego a tener mucho o poco en la vida, es por lo mucho o poco que logre brindar a los demás.
Este es el motivo de porque mis sueños son tan grandes. Este es el motivo de porque lucho cada día por lo que quiero aunque varios me digan que estoy loco. Este es el motivo por el que quiero cambiar un trabajo “seguro” por un emprendimiento riesgoso. En el juego del aprendizaje infinito, el que lleva la ventaja es el que lo arriesga todo. Y justo de eso hablaremos en el siguiente blog, de cómo arriesgarlo todo puede traer bastantes beneficios. Y porque no hay que tenerle miedo a perder.

